jueves, 28 de mayo de 2015

Las competencias laborales del futuro y su impacto en la práctica docente actual.


Como parte de los procesos evolutivos y de globalización que experimentan los entes económicos y financieros mundiales, estos se visualizan firmemente hacia un sentido imperante de expansión, desarrollo y en aras de atender las múltiples demandas globales desde la óptica del control, la calidad productiva y mercantil. Por ello, surge como resultado que los entornos laborales actuales requieran a su vez, aumentar en gran medida -tanto en cantidad como en calidad-, la productividad y respuesta de los recursos humanos y los perfiles profesionales involucrados. A raíz de las anteriores circunstancias, ha surgido un debate sobre los mecanismos aplicados por las instituciones educativas –en este caso de educación superior- para forjar sus recursos, sus planteamientos de reformas y de organización, así como los métodos aplicados a la formación y preparación profesional de sus discentes.

Con el propósito de descubrir el ámbito de las competencias profesionales, se les puede reconocer como todas aquellas cualidades que posee una persona para asegurar su desempeño efectivo, productivo y como parte de la resolución de situaciones o problemáticas de su entorno laboral. Asimismo, tales competencias no dependerán únicamente de situaciones y experiencias que partan del aprendizaje escolar formal, sino que también pueden derivarse desde la experiencia del aprendizaje informal y todo lo relacionado al entorno laboral donde el individuo se desenvuelva, (Serón, 1999).  Por lo tanto, no serán suficientes los diplomas, títulos o certificaciones adquiridas por un profesional para calificarle como competente en el ámbito personal o laboral (Manjón & López, 2008). Lo más relevante aquí no es la vana y segura posesión de determinados conocimientos, sino más bien el uso y aprovechamiento que éste consiga a través de ellos (Monereo, Sánchez & Suñé, 2012).

Como bien se conoce, el sector industrial global experimenta constantes cambios y modificaciones como resultado de las oportunidades y posibilidades de productividad y mercado -de diversa naturaleza- y a gran medida. Reafirmando lo anterior, Cheng (2007) se refiere propiamente a un proceso de evolución y modificación del sector económico industrial, el cual ha buscado sustituir la mano de obra humana tradicional, por mano de obra alternativa tecnológica más precisa y por ende, más eficaz. 


Pero no todo cambio queda evidenciado únicamente desde el sector productivo e industrial, ya que el mismo Cheng (2007) enfatiza que tales modificaciones y cambios dentro de los sectores productivos, mercantiles e industriales, han sido factores determinantes para que los entes que competen a lo educativo, reestructuren, creen conciencia y valoren  la orientación  de sus propuestas educativas, el nivel y la calidad de competencias que los futuros profesionales a su cargo deberían adquirir. Por ello, tales condiciones han obligado a las instituciones educativas a replantearse sus propios mecanismos de formación y en definitiva, se han modificado a su vez, los parámetros para determinar si un individuo verdaderamente posee un nivel de competencias óptimo. 

Al respecto Galán, Jaime & González (2013),  denota que un rasgo esencial de las competencias es su estrecha  relación entre la teoría y práctica y es mediante esta relación que la práctica delimita la teoría necesaria (pág. 42). Como consecuencia de los planteamientos previos, la demanda inicial de las instituciones educativas ha sido dar respuesta a  cierto grado de competencias establecidas desde la perspectiva laboral y en estrecha relación a los procesos de capacitación empresarial y la formación tecnológica educativa (Manjón & López, 2008). No obstante, se han manifestado cambios significativos en cuanto a las calidades y niveles de competencias profesionales incorporados a las instituciones formadoras de profesionales más competentes, integrales y no solo en  función  a su incorporación a la vida productiva laboral (Galán, Jaime & González, 2013).


Se vislumbra entonces, una necesidad inmediata por contemplar dentro de los enfoques educativos contemporáneos y por ende, como parte de los perfiles profesionales actuales, nuevas orientaciones y concepciones de pensamiento que garanticen la formación holística del profesional. Al respecto, Gardner (2005) enfatiza la importancia de que los profesionales del futuro, desarrollen sus cinco tipos de mentes propuestas. Es decir, que mediante el desarrollo de la mente disciplinada se garantiza el dominio de los conocimientos y principios básicos dentro de un área particular o específica, adicionalmente con el desarrollo de la mente creativa se  promueve el ingenio, la inventiva y el descubrimiento. A través de la mente sintética, interviene el manejo apropiado, generalizado e interdisciplinario de la información. Por otra parte, con el desarrollo de la mente respetuosa, se promueve la tolerancia, los valores y además, el respeto a la diversidad de pensamiento. 

Finalmente, el mismo Gardner apunta lo importante en el desarrollo de la mente ética, la cual se enfoca de igual manera hacia la construcción de los valores sociales, la identidad profesional y laboral.Apoyando lo anterior, Levy y Murnane  (2007), enfatizan la importancia de que los profesionales adquieran la mayoría de habilidades y competencias requeridas como parte de las necesidades laborales del presente siglo XXI, las cuales apuntan hacia el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación efectiva y la proactividad.

De esta manera, podría determinarse la importancia en la implementación del currículum por competencias profesionales donde se articulen tanto los conocimientos globales, profesionales y las experiencias profesionales de diversa índole y donde se contemplen tanto las necesidades como problemáticas propias de la “realidad laboral” actual. Tales elementos, de cierta manera logran identificar los requerimientos hacia los cuales se orientarán los perfiles laborales actuales y es gracias a esta combinación de factores, los que permitirán delimitar los estándares relacionados a la formación profesional y de donde podría además desprenderse la calidad de competencias profesionales integrales o genéricas más requeridas en la actualidad.

A manera de conclusión, se determina que los contextos y de las necesidades requeridas para los futuros profesionales del siglo XXI, requieren de profesionales capaces de aprender continuamente nuevas competencias, además, resulta indispensable que de igual manera logren "desaprender" aquellas competencias que eventualmente sean obsoletas. Es decir, que se espera que los futuros profesionales sean capaces de identificar y manejar la “emergencia” en la adquisición de nuevas competencias.

Finalmente, se concluye que mediante propuestas académicas orientadas hacia las competencias profesionales integradas se logran construir modelos educativos que permitan incorporar las actuales demandas laborales, sin descuidar la formación integral del estudiante en cuanto al desarrollo humano, profesional y disciplinar. Por ello, la educación basada en competencias enriquece y retroalimenta significativamente los entornos de aprendizaje actualizados y de mayor calidad.





Referencias:

Cheng, K. The Postindustrial Workplace and Challenges to Education. (2007). En Marcelo M. Suarez (Ed.), Learning in the global era: International perspectives on globalization and education. Los Angeles, CA: University of California Press. Traducido al español.
Galán, Y. I. J., Jaime, J. H., & González, M. A. (2013). Competencias profesionales en la educación superior: justificación, evaluación y análisis.Innovación Educativa, 13(61), 45-65.Recuperado de: Academic Research Database
Gardner, H. (2005). “La mente disciplinada” en: Las cinco mentes del futuro: Un ensayo educativo. Barcelona: Paidós
Herrera Cabezón, A. T. (2012). Formación de competencias profesionales a través de un trabajo cooperativo: resultado de la experiencia. REDU. Revista de Docencia Universitaria, 10(1), 291-312. Recuperado de: Academic Research Database.
Levy, F. y Murnane, R. (2007). How computerized work and globalization shape human skill demands. En Marcelo M. Suarez (Ed.), Learning in the global era: International perspectives on globalization and education. Los Angeles, CA: University of California Press. Traducido al españo.
Manjón, J. V. G., & López, M. D. C. P. (2008). Espacio Europeo de Educación Superior: competencias profesionales y empleabilidad. Revista Iberoamericana de Educación, 46(9), 4. Recuperado de: Academic Research Database.
Monereo, C., Sánchez-Busqués, S., & Suñé, N. (2012). La enseñanza auténtica de competencias profesionales. Un proyecto de aprendizaje recíproco instituto-universidad. Recuperado de: Academic Research Database.
Serón, A. G. (1999). El enfoque de las competencias profesionales: Una solución conflictiva a la relación entre formación y empleo. Revista complutense de educación, 10(1), 335. Recuperado de: Academic Research Database

10 comentarios:

  1. Buenas noches Jean Carlo:
    Finalmente el mundo está cayendo en razón que el hecho de tener un título no es sinónimo de calidad. Como dicen popularmente, “Fulano pasó por la universidad, pero la universidad no pasó por él”. La sobreoferta profesional, pero la escasez de mano de obra de calidad está haciendo que se valoren más aspectos como la experiencia que la formación académica en sí (aunque al mismo tiempo se busca gente con conocimientos cada vez más especializados). Los estudiantes ahora demandan la acreditación de SINAES en las carreras que estudian más que nunca. Asimismo, la certificación profesional como requisito para poder ejercer la profesión es una tendencia que se viene incrementando y a la que creo que se verán sometidas todas las futuras generaciones. Sin embargo, como indicas, todos estos aspectos que se hacen en nombre de la calidad deben ir enmarcadas en una formación y evaluación por competencias para poder tener resultados efectivos; de lo contario todos los problemas actuales persistirán.

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    1. Estimado Euro,

      Muchas gracias por comentar mi ensayo y enriquecer el temas de las competencias profesionales desde la óptica de calidad curricular, la cual encuentro bastante oportuna.
      Saludos,
      Jean Carlo

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  2. Estimable Jean Carlo,

    Muy puntuales sus apreciaciones. Es indiscutible que debe haber cambios políticos en materia de filosofía educativa, y que es una responsabilidad ineludible para los gobiernos educar a sus ciudadanos para que, desde una perspectiva política y económica, los individuos formen parte del engranaje productivo.

    Me alegró mucho leer en su último párrafo qué no hay que descuidar la formación integral del estudiante en cuanto a “desarrollo humano”. Antes de llegar a esa línea iba a preguntarles si su enfoque iba intencionalmente dirigido a darle un peso preponderante al aspecto económico-industrial de la educación en un marco capitalista.

    A su excelente presentación de lo que deberían ser los nuevos y actualizados métodos de enseñanza para la preparación de individuos competentes y creativos para el mercado laboral quisiera aportarle que creo apasionadamente que la educación también debe abocarse a la formación de los ciudadanos para la vida, entendiendo que la vida es mucho más que solamente el componente laboral o económico; si hablamos del aspecto holístico entonces también debemos considerar otros derechos como la cultura, los valores y los principios que nuestra Constitución Política contempla con acierto.

    Desde una perspectiva holística yo también plantearía el mérito que tienen materias como la música, la educación física, la filosofía, la agricultura y las artes culinarias, por mencionar algunas, en el encuadre educativo de nuestra nación.

    Quisiera cerrar mi aporte ofreciéndole una de las citas más célebres de quien fuera uno de los mayores, sino el mayor arquitecto que nuestra patria ha tenido, don José Figueres Ferrer, “¿para qué tractores sin violines?”

    Saludos,

    Carlos

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    1. Estimado Carlos,

      Muchísimas gracias por sus gentiles palabras, estimado. Usted menciona elementos medulares del aprendizaje integran que en ocasiones se sobre valorar y hasta en ocasiones se dan por sentados. Pienso que la educación debe abarcar no solo aspectos relacionados a lo laboral o económico que al fin de cuentas son importantes como parte del crecimientos y desarrollo de los individuos, más bien lo importante de esta discusión creo yo es el desarrollo potencial de los valores, los principios, las manifestaciones artísticas y desde luego, la política que como bien mencionas deben de igual manera figurar dentro de las currícula actuando en conjunta comunión.

      Saludos cordiales,
      Jean Carlo

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  3. Saludos Jean Carlo.
    Quiero enfatizar que la educación de los futuros profesionales debe fomentar una mentalidad abierta hacia la formación continua, la búsqueda de información, la inquietud por aprender y la adquisición de nuevas habilidades y disposiciones válidas para desenvolverse eficazmente en el trabajo y en la vida en sociedad.

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    1. Estimada Marlene,

      Comparto su pensamiento. todos los puntos que menciona en su comentarios resultan vitales para fomentar una educación de calidad y acorde al abanico de necesidades que nuestra sociedad demanda.

      Muchas gracias por su comentario.
      Saludos,
      Jean Carlo

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  4. Buenas Noches Jean Carlo,

    Muy interesante y completo su ensayo. Comparto con usted el énfasis que Gardner le brinda a la mente ética. Con las noticias que vemos a diario podemos observar como la falta de la menta ética ha provocado estragos en la sociedad y el mundo. Es sumamente necesario que los docentes vean la importancia que esta mente tiene en la sociedad y la fomenten en sus estudiantes, sería un gran sueño tener una sociedad en la que todos evidencien y demuestren su ética profesional, pero como dice el dicho "soñar es gratis" y aunque no se logre que todos lo cumplan, por lo menos se puede motivar a los estudiantes para que lo apliquen y un pequeño cambio se logrará.

    Saludos.

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    1. Estimada Vasti,

      Pienso que ese sueño que menciona puede materializarse con muchísimo esfuerzo. Tal como lo mencionas la ética profesional o deontología -como también se le conoce- debe figurar dentro de los principios de todo profesional. Poco a poco, se podrá marcar una gran diferencia.

      Le agradezco su aporte a mi blog.

      Saludos,
      Jean Carlo

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  5. Buenas Jean Carlo,
    Muy apropiado el modo en que integra en su ensayo el contexto global, las competencias que proponen los autores y sobre todo que estas se deben plasmar en el currículum. Coincido con usted en que la parte ética junto con el respeto, deben ser fundamentales en esta propuesta, pues de lo contrario, a mi entender, entraríamos en un mecanicismo propio de los inicios de la revolución industrial, solo que con tecnología de punta. Como apunta la compañera Marlene, para que podamos como docentes estar a la altura del reto, es necesaria nuestra actitud de aprendizaje continuo pues somos nosotros los llamados a crear situaciones de aprendizaje que fomenten esas competencias en nuestros estudiantes.

    Saludos,

    Rosa M.

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    1. Le doy la razón estimada Rosa, el aprendizaje continuo es la llave para erradicar la ignorancia y el conformismo en el aprender.

      Gracias por su aporte,

      Saludos cordiales,
      Jean Carlo

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