Implicaciones del aprender y el educar
La necesidad natural del ser humano por convertir
sus experiencias de vida en conocimientos valiosos, ha permitido potenciar el
valor y la importancia del aprender y el enseñar. No obstante, el binomio que
implican ambas acciones no es tarea sencilla para quienes han asumido la
responsabilidad de ejercer profesionalmente en torno a estas. Razones por las
cuales, surgen a la luz importantes debates e intercambios de posiciones
profesionales en lo que respecta a los estilos de aprendizaje y los procesos de
instrucción.
Como bien lo apunta Gómez (2010), el eje polémico que surge
a raíz de dichos criterios y posiciones,
claramente podrían dividirse a partir de dos ópticas. Es decir, por una parte
se sostiene que tanto la enseñanza como el aprendizaje se han cimentado desde
una posición didáctica, dialéctica y no antagónica, es decir ambos vistos como
elementos partícipes y complementarios. Por otra parte, el mismo Gómez (2010), plantea que
tanto el enseñar como el aprender representan procesos muy diferentes, por el
motivo que al enseñar intervienen tanto las acciones y condiciones de quien
guía el aprendizaje –elementos ajenos al sujeto que aprende- y las cuales
pretenden de cierta manera, provocar y modificar la construcción del espectro
afectivo y cognoscitivo del sujeto, mientras que con la acción de aprender, el
individuo por sí mismo crea sus modificaciones internas.
Ante ambas posiciones, podría afirmarse entonces que
la tanto la estructura como la organización pertinente del proceso de enseñanza,
no necesariamente van a garantizar el aprendizaje efectivo de quien pretenda
aprender, ya que más bien, la efectividad de ambos procesos, dependerán en última
instancia de los factores internos del sujeto, por ejemplo su motivación, su
nivel cognitivo y todos aquellos elementos que condicionen de manera favorable
o no su enseñanza.
Desde una óptica más personal, valoro que más que
establecer un cuestiona miento o no hacia alguna de ambas posiciones, el ensenar
y el aprender claramente no son sinónimos y más bien, deben ser considerados
como facetas complementarias al desarrollo evolutivo, el desarrollo
socio-cultural y la diversidad de contextos de todo ser humano. Condiciones
mediante las cuales, puedan enmarcarse una diversidad de mecanismos que
fomenten el enseñar y el aprender. Es decir, que gran parte del desarrollo del
pensamiento humano, dependerá de la convergencia y la interacción de éste con
sus entornos y contextos. Ciertamente, podríamos comprender entonces al proceso
de enseñanza- aprendizaje desde un enfoque mucho más universal, visto como un
elemento intrínseco de la culturalidad y así mismo, como una vía o canal de
preparación en materia de conocimiento para las nuevas generaciones que le
suceden.
Como bien es de nuestro conocimiento, las nuevas
corrientes educativas se encuentran fundamentadas en la no dependencia directa
del estudiante, sino más bien, enfatizan y promueven la propia autonomía de su
aprendizaje y siendo capaz de desenvolverse con un alto grado de independencia
de criterio. Por lo tanto, nuestro rol docente, deberá orientarse en cierta
media a formar sujetos capaces de crear sus propias argumentaciones, sin
recurrir a repetir de manera mecánica los discursos de enseñanza adquiridos por
el docente como verdades reveladas dogmáticamente. Con lo anterior, no pretendo
cuestionar el rol del docente en absoluto, más bien el objetivo aquí es crear
conciencia por la modificación de ciertas prácticas docentes que han sido
perpetuadas a través del tiempo como producto de concepciones y prácticas formativas
desligadas a las realidades y los entornos educativos actuales. Resulta
indispensable que como docente responsables, creamos conciencia en que los
escenarios educativos se encuentran en constante cambio y que sus necesidades y
contextos también, por lo tanto el pensamiento de acción debe salir del
estancamiento, de manera que nuestras prácticas pedagógicas puedan posicionarse
dentro de la premisa esencial de la Nueva Educación, la cual es “enseñar a
pensar”.
Referencias:
Gómez, A.
I. P. (2010). Aprender a educar: Nuevos desafíos para la formación de docentes. Revista interuniversitaria de formación
del profesorado, (68), 37-60.
Zabala, A.,
Vidiella, A. Z., Belmonte, L. A., & Arnau, L. (2007). Cómo aprender y enseñar competencias: 11 ideas clave (Vol. 3). Graó Editorial.
Jean Carlo te parece que seria posible aprender sin enseñar o enseñar sin aprender? Hablas de facetas complementarias pero siendo facetas terminan en algun momento no?
ResponderEliminarBuenas noches Natalia,
EliminarCon toda sinceridad no comprendí por completo sus preguntas. Aun así intentaré responderlas:
1. ¿Te parece que seria posible aprender sin enseñar o enseñar sin aprender?
No comprendo esta pregunta Natalia, ya que usted no me indica un contexto específico de referencia para poder responderle. Ahora bien, creo que en mi ensayo establecí dos posiciones opuestas sobre el significado del aprender y el enseñar y más adelante, expreso mi posición personal sobre ambos términos cuando mencioné que ambos términos no son sinónimos y más bien, deben ser considerados como elementos complementarios al desarrollo evolutivo, el desarrollo socio-cultural y la diversidad de contextos que todo ser humano debe experimentar. Es decir, elementos esenciales de un desarrollo humano holístico.
2.Hablas de facetas complementarias pero siendo facetas ¿terminan en algún momento no?
Desde mi óptica personal, no deberían tener fin a menos que a bien, el individuo decida pos su propia cuanta que no desea aprender más y por ende, enseñar lo que ha aprendido, estas acabarán como resultado de la ignorancia.
Gracias por su intervención.
Jean Carlo.
Concuerdo con su último párrafo en donde argumenta que el profesor debe de cambiar su forma de dar clases, para que éstas sean más críticas y no solo se limiten a dar contenidos, sino que debe incentivar en los aprendientes a que desarrollen un pensamiento crítico y defender sus argumentos. Aunque por otro lado, si considero que enseñar y aprender van de la mano, ya que nosotros como docentes debemos desaprender todas las viejas prácticas didácticas que hemos venido desarrollando y aprender nuevamente, para poder enseñar a nuestros aprendientes, cómo ser más críticos.
ResponderEliminarDestaco su idea en cuanto a que en el sujeto aprendiente o quién aprende, interfieren diversidad de factores, y, aunque en ocasiones utilicemos estrategias de enseñanza y de aprendizaje variado, la motivación es fundamental para promover un verdadero aprendizaje, y eso solo se logra, cuando el estudiante abre su mente y decide aprender; de ahí que cómo lo hacemos y qué compartimos con nuestros estudiantes debe ser cuidadosamente seleccionado, porque tiene que ser no solo significativo para ellos, sino también para nosotros mismos.
Estimada Emilce,
EliminarCreo que el fomentar el aprendizaje crítico en nuestros estudiantes es una tarea ardua pero sustanciosa. De igual manera, creo que el enseñar y el aprender van de la mano pero estos no se deben confundir interpretándoles y atendiéndoles de igual manera y como el muchas ocasiones se hace. Este fue uno de los argumentos que pretendí desarrollar y que me da la impresión algunos compañeros han malinterpretado.De igual manera, destaco la importancia de la motivación tanto en la acción de enseñar como al momento que decidimos aprender, es por ello que siempre debemos velar porque nuestro nivel de motivación se incremente con el propósito de cultivar nuestro intelecto.
Agradezco su intervención a mi blog.
Saludos cordiales,
Jean Carlo
Buenas noches Jean Carlo, coincido con tu posición de complementariedad de la enseñanza y el aprendizaje y efectivamente ambos procesos van de la mano y en él intervienen muchos otros aspectos también. Un aspecto que considero relevante del aprendizaje es que se encuentra mediado en gran parte por la motivación intrínseca del estudiante y la estimulación del entorno siendo así el proceso de enseñanza y aprendizaje un proceso complejo por la cantidad de variables que involucra.
ResponderEliminarSaludos, Isabel
Hola Isabel,
EliminarGracias por comentar mi blog. Así es Isabel,tal como le comenté a la compañera Emilce, la motivación es una eslabón fundamental tanto para quienes enseñamos y de paso aprendemos. Creo que aunque, gran parte de esta está intrínseca dentro de ambos procesos lo más difícil es lograr mantenerla e incrementarla, ya que como seres humanos, nos encontramos expuestos a factores de diversa índole que intervienen de manera directa nuestra motivación.
¡Es una lucha constante!
Saludos,
Jean Carlo
Hola Jean Carlo: Considero que sus observaciones complementan muy bien el aprendizaje y la enseñanza formal; sin embargo, falto referirse a la educación informal que se recibe desde que se tiene conciencia y desde el entorno familiar-Época donde se desarrollan aspectos importantes de la persona que le permitirán asumir los retos de una educación formal.
ResponderEliminarMenciona algo muy importante sobre los “factores internos del sujeto “porque dependerá de su entorno, capacidad, recursos que logre desarrollarse.
Hola Jean Carlo.
ResponderEliminarCon respecto a la parte donde mencionas que educar y aprender son dos cosas muy diferentes, en lo cual estoy de acuerdo, también haces mención de que al enseñar intervienen elementos ajenos al sujeto que aprende, mientras que al aprender el individuo crea sus propias modificaciones, creo que no necesariamente tiene que ser de esa manera. Lo digo porque en ocasiones, el hecho de "enseñar" algún conocimiento puede hacer aprendiz al propio maestro, es decir, que educando también se aprende, como cuando estamos en clase enseñando algún tema en particular y un alumno cuestiona sobre algo en particular, cosa en la que tal vez no habíamos pensado y nos vemos en la necesidad de pensar en una respuesta cierta y lógica que muchas veces representa un nuevo conocimiento para nosotros sin siquiera haber sabido antes que lo desconocíamos. No suele suceder tal vez con mucha frecuencia pero en ocasiones se presentan situaciones de este tipo.
Saludos compañero y gracias por compartir.
Hola Jean Carlo
ResponderEliminarConcuerdo con usted como las competencias laborales y puedo agregar las sociales cada vez se hacen necesarias en la vida de un profesional, sin lugar a dudas la educación la formación continua juegan un papel primordial, de ahí el éxito de un joven al terminar la universidad se pueda vincular al campo laboral, sin embargo, muchas veces y cada vez es más frecuente el cuestionamiento que hace el empresario a las distintas instituciones de educación superior, sobre los aspectos claves de la formación de los estudiantes, de ahí y usted lo señala muy bien la necesidad de adecuar a los nuevos perfiles nuevas concepciones humanistas que garanticen la formación holística, verla como un todo de forma integral y, no asilada del mundo.
Por lo tanto, aspectos de formación para la vida y la incursión de las TIC se hace necesario y apremiante, no es válido decir que la empresa debe de formar al joven, al contrario, es la universidad la responsable de darle el insumo al empresario ya formado y con la habilidades y competencias que necesita de acuerdo a su profesión, luego la empresa en una constante adquisición de nuevos recursos debe de incentivar a la formación permanente, pero vista de sus perspectiva de negocio.
Saludos,
Marco
Compañero Jean Carlo,
ResponderEliminarComparto muchas de sus perspectivas de la educación y el aprendizaje. Creo que la educación sirve a mucho más que solamente la instrucción de conociminetos y destrezas para desarrollar una labo remunerada. Su articulada propuesta educativa concuerda mucho con el método nacido en Harvard llamado Project Zero en el que específicamente se propone la Educacion para la Comprensión. No es ajena a nosotros ya que es por mucho la que utilizamos en ULACIT. Yo le llamo "la brecha de las 8 pulgadas" al proceso de adquicisión del conocimiento, una cosa es el dato almacenada en la memoria y otra muy distinta es hacer hacer de ese dato un proceso cognoscitivo-lógico que me faculte a hacer algo con esa información, a eso le llamo cerrar "la brecha de las ocho pulgadas" que en promedio hay entre el cerebro y el corazón.